Las Moiras son tres, Cloto, Láquesis y Átropos. Una teje, la otra hila y finalmente la tercera corta el hilo. Cloto asiste a cada nacimiento y crea un hilo para cada uno de nosotros que después pasa por las manos de sus dos hermanas.
Paula nació ante de lo previsto, mucho antes, y Cloto no pudo tener preparado su trabajo. Su hermana Átropos buscó y buscó para cortar el hilo que unía a la vida a aquella niña de sólo mil gramos. Paula con su débil presencia -venía con la etiqueta “Muy Frágil”- burló el celo que las tres parcas han puesto en su trabajo desde el comienzo de los tiempos.
Con aquel cuerpo, muy lejos no podía llegar. Paula sabía que las parcas la andaban buscando y decidió pasar de puntillas por el mundo: “Cuando lloraba era como un gatillo muy apagado”, dice su padre, Rafael. Sin hacer ruido, para no llamar la atención del destino.
Paula tejió su propio hilo del destino con sus insignificantes fuerzas. Despertó uno a uno sus cinco sentidos y dejó con tres palmos de narices a las tres Moiras.
Ya no necesita esconder su alegría, allá donde va le acompaña el ruido, un gigante carrusel de sonidos procedentes de los juguetes que han conquistado el salón de su casa: un teclado que pronuncia las cinco vocales, una rueda con sonido de carraca y sonajero,… Paula dice: ¡Aquí estoy yo!
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Javier F. Barrera: La historia de “La Historia de Paula”